María Virginia Elizondo Arias
El 23 de marzo de 1951 vino al mundo Doña Virgina, hija de Don Máximo Elizondo Arias y Doña Benilda Arias Castro, en una familia numerosa de doce hermanos, 6 varones y 6 mujeres. Al respecto nos comenta:
Yo nací en La Paz de San Ramón, en la casa de mis padres, al estilo de antes, con una partera
Doña Virginia está casada con Don Abel Elizondo Chávez, desde hace 45 años y tienen 5 hijos: Luis Alberto, Jorge Emilio, las gemelas María Eugenia y Marta Elena y la menor María del Rocío. Además de dos hijos más que fallecieron de corta edad.
Recuerda Doña Virginia que su esposo era oriundo de Piedades Norte, luego compró una finquita en La Paz, a la par de donde vivía ella, y allí se conocieron y se casaron, cuando ella tenía 18 años.
La finquita que tenemos es una herencia de papá y mamá. Yo siempre me encargo de comprar todos los insumos para mantener la caña y mi esposo se encarga de trabajar la finca, y lo que nos da es para los dos. Tenemos más de 20 años de producir caña, antes teníamos café. La mayoría del tiempo entregábamos la caña a los trapiches pero desde hace unos seis años entregamos a la cooperativa, porque nos dio la facilidad con la Romana de La Paz, producimos un promedio de 50 toneladas por año.
Nos cuenta Doña Virginia que en su niñez y juventud los tiempos eran muy difíciles económicamente, tenía que trabajar muy duro, por ejemplo lavando ropa en las piedras del río, ya que era una familia muy numerosa. Recuerda con nostalgia que siempre quiso estudiar, pero cuando lograron hacer un grupo para ir a la Escuela, fueron tres meses y luego la maestra no volvió. Sin embargo esto no le impidió aprender, como ella misma nos dice:
Yo aprendí a leer muy bien y a escribir un poco, lo logré leyendo canciones y cantándolas.
Mi esposo Abel y yo sacamos adelante a nuestros hijos, yo cuidándolos y él trabajando duro en el campo, pero gracias a Dios mis hijos viven muy bien, han logrado superarse, unos están casados y otro es independiente.
Nada nos hace más felices que tener la oportunidad de reunir a nuestros hijos para compartir todos juntos”.
Agradecemos a Doña Virginia por mostrarnos cualidades muy lindas que la distinguen, como el amor a su esposo y a sus hijos, por la espiritualidad y sencillez que refleja, y también por la dulzura y cordialidad con que trata a los demás. Destacamos que Doña Virginia es un ejemplo de lucha, superación y creatividad para enfrentar las adversidades.